domingo, 31 de agosto de 2014

Grandes festivales: Buenos Aires, Viña del Mar y la Canción Latina

Comentábamos recientemente acerca de los festivales internacionales de canciones como el de San Remo, Eurovisión y Benidorm, los cuales servían de plataforma de entretenimiento a una gran audiencia y como vehículo de proyección a los intérpretes que buscaban fama y reconocimiento, precisamente, de esa gran masa de espectadores y melómanos de diferentes géneros musicales.

En nuestro continente tres certámenes de gran relevancia acapararon la atención del público latino tales como el de Buenos Aires de la Canción (Argentina), Viña del Mar (Chile, todavía vigente) y de la Canción Latina (México), predecesor del recordado Festival de la OTI.



Festival de Buenos Aires. Esta importante gala musical tuvo varias ediciones a partir de 1967 cuando el conocido baladista Sandro se catapultó a la fama, obteniendo el primer lugar con la canción Quiero llenarme de ti, todo un suceso en Latinoamérica. Las actuaciones de los participantes era nada más y nada menos que en el tradicional estadio cubierto de Buenos Aires - el Luna Park- donde se realizan muchas de las actividades artísticas y deportivas. En las siguientes ediciones vale destacar la participación de dos vocalistas venezolanos: Mirtha Pérez y Héctor Cabrera. La primera obtuvo un segundo lugar en el III Festival (1969) con el tema La nave del olvido, del compositor argentino Dino Ramos, muy a pesar de ser la favorita del público, pero inexplicablemente fue bajada al segundo puesto. Realmente este tema tuvo un impacto, no exagero si afirmo que fue continental, a tal punto que, posteriormente, fue grabado por el mexicano José José siendo una de sus cartas de presentación en su extenso repertorio.


Al año siguiente, en 1970, en plena dictadura argentina, Héctor Cabrera –quien venía de ganar en el Festival Venezolano de la Canción, obtiene un resonante triunfo con Las cosas que me alejan de ti, escrito por Gian Franco Pagliaro, en la IV edición del certamen bonaerense, canción ésta, de corte social, que le abrió la puerta en Argentina como un verdadero ídolo a tal punto que su voz fue comparada con la del inmortal Carlos Gardel. En ese país permaneció alrededor de 4 años. Todo un suceso.



Festival de la Canción Latina

A grandes rasgos, este fue un certamen de corta duración celebrado entre los años de 1969 y 1970, cuya gala se escenificó en el Teatro Ferrocarrilero de Ciudad México a mediados de marzo. Participaron representantes de 25 países, entre ellos, de Argentina Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, España y Venezuela. Por cierto, que en el II Festival (1970), el mexicano José José se da a conocer con la canción El triste, de Roberto Cantoral, obteniendo el tercer lugar. Asimismo nuestra Mirla Castellanos quedó segunda en la clasificación con un tema de Leo Dan que lleva por nombre Con los brazos cruzados, con arreglos y dirección musical del maestro ya fallecido Aldemaro Romero. La desaparición del Festival de la Canción Latina dio surgimiento al ya devaluado Festival de la OTI ganado por nuestro país en dos oportunidades, 1982 por el grupo Unicornio (Puedes estar conmigo), y 1987 (La felicidad está en un rincón de tu corazón) por el marabino Alfredo Alejandro. De manera pues, que los venezolanos han dejado huella en dichos festivales.



Viña del Mar

El Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar es un festival musical organizado anualmente en la turística ciudad de Viña del Mar, Chile, durante el mes de febrero. Viene organizándose a partir de 1960 y está considerado como uno de los más relevantes del mundo, aunque con toda honestidad hay que decirlo, ha pasado a un segundo plano a pesar de ciertas luminarias del canto que se presentan año tras año.


El evento, que se realiza en el anfiteatro de la Quinta Vergara con una capacidad que supera los 15.000 espectadores, es transmitido en vivo por televisión y radio. Difícil olvidar la actuación del venezolano José Luis Rodríguez “El Puma”, en 1988, en calidad de invitado especial -no participante en el evento- a quien le fue entregada la Gaviota de Plata. Con la famosa frase “A veces hay que escuchar la voz del pueblo”, dicha por el cantante venezolano, obligó a la alcaldesa de la ciudad Eugenia Garrido a decidir la entrega del galardón. Recordemos que José Luis iniciaba su internacionalización y Viña del Mar fue su trampolín para la conquista de Hispanoamérica. Vale también evocar su adaptación en tiempo de pop del conocido tema El pavo real, de César del Ávila, lo cual dejó grata impresión en el público y en la prensa especializada durante su presentación.

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