lunes, 20 de abril de 2015

Javier Solís impuso el bolero ranchero

Los entendidos de la música no se equivocaron al asegurar que la voz de Javier Solís era de gran hermosura que permitía lograr la media voz la cual consiste en alcanzar altas tonalidades y, posteriormente, descolgarse a tonos bajos sin desafinar. De ello da muestra la gran cantidad de discos grabados que dejó el cantante para la posteridad. Recordemos Cuatro cirios, Payaso, Esclavo y amo, El loco y Renunciación por solo mencionar algunos de su extenso repertorio. Además de su excelente registro, poseía una memoria prodigiosa por cuanto se aprendía las letras de las canciones con solo la primera vez que las escuchaba.
Julio Rodríguez, guitarrista y primera voz del trío Los Panchos, oyó cantar con el mariachi a Javier y lo llevó a los estudios de grabación Columbia como un descubrimiento. Los primeros discos no tuvieron la aceptación del público, sin embargo el famoso trío insistió en que Solís tenía magnífica voz. En la disquera le dieron un nuevo chance y al fin logró su primer éxito con el bolero Llorarás, llorarás, luego vendrían sus otros grandes trabajos Sombras, Renunciación y otros boleros rancheros.

 El bolero ranchero. Este es un género musical mexicano atribuido su origen al cantante y compositor nativo de ese país Rubén Fuentes, quien nació en ciudad Guzmán, en el estado de Jalisco. Es uno de los géneros más populares y ha representado a México en el mundo. Guitarras, violines y trompetas dan espacio y cuerpo a la canción. Se destacan además por la introducción musical y los interludios en el transcurso de las interpretaciones en combinación con otros instrumentos y por la voz del intérprete. El gran actor y no menos famoso vocalista Pedro Infante fue uno de sus primeros exponentes. Pieza como Cien años es un verdadero deleite musical en la voz de Infante.

Tras la huella de su ídolo Pedro Infante. La crónica musical refiere que a la temprana edad de 9 años, Javier Solís sentía la imperiosa necesidad de llegar a ser alguien. Pasó su infancia en el populoso barrio de Tacubaya donde cursó sus estudios de primaria y realizó variados oficios dada la precariedad económica de su círculo familiar. Incursionó en el boxeo amateur y un nocaut fulminante en el cuadrilátero lo obligó a retirarse aconsejado por uno de sus ídolos, Pedro Infante, quien había escuchado cantar a Solís formando parte de un mariachi y le dijo que su futuro lo tenía en la voz.
Con tan solo 18 años empezó a ganar concursos en las carpas de barrio como la del Teatro Salón Obrero y la del Salón Escandón, interpretando tangos bajo el seudónimo de Javier Luquín. También formó el dueto Guadalajara y el Trío Flamingo que luego pasó a llamarse Trío México, posteriormente se dedicó a ser solista actuando en la plaza Garibaldi y en Tenampa. A finales de 1955 grabó su primer sencillo incluyendo canciones como Por qué negar y Qué te importa, el cual le mereció su primer disco de platino en septiembre de 1957.A pesar de esto, el éxito arrollador de Solís aún no llegaba.

 
Llorarás, llorarás lo catapulta a la fama. El músico y amigo Felipe Valdés Leal siempre creyó en él. Una tarde de 1958 cuando Javier Solís (su verdadero nombre era Gabriel Siria Levardo) grababa Llorarás, llorarás bajo la influencia del estilo de Infante, Valdés Leal logró hacer surgir el estilo propio y la voz auténtica de Solís a base de consejos. Este disco hizo que se consolidara como el máximo exponente del bolero ranchero no solo en México sino en Estados Unidos, Centro y Suramérica, y un año después en España. Llegan las giras internacionales y las actuaciones en cine presentándose en importantes teatros de Puerto Rico como el Lyceum.
A inicios de la década de los 60 realiza su primera película El norteño, luego vendrían 33 filmes más alternando con artistas de la talla de María Victoria, Lola Beltrán y Luis Aguilar.  Su carrera fue maratónica, grabó más de 320 canciones, un álbum por mes, tan solo en 1965 filmó 10 películas.  
También en ese año participó en la TV colombiana. Aquí en Venezuela tuvo excelente acogida y sus discos se vendieron como pan caliente, además de las presentaciones personales que realizó en Caracas. Las emisoras de radio de música popular de la capital y del interior radiaban sus canciones, y ni se diga de los bares y prostíbulos diseminados y a lo largo y ancho del país donde un disco del rey del bolero ranchero no faltaba en la ya desaparecida rockola, al igual que el de sus colegas Julio Jaramillo y Daniel Santos.

Otros éxitos. El peor de los caminos, Prisionero del mar, Un año más sin ti   Sombras, Payaso, Y todavía te quiero, Amigo organillero, Esclavo y amo, En mi viejo San Juan, Espumas, Ese bolero es mío, Escándalo, El loco, Te amaré toda la vida, Retirada, En tu pelo Cataclismo, Entrega total El malquerido, Vendaval sin rumbo, Flor de azalea, Tu voz, Cenizas, La mano de Dios y La media vuelta.

1966, año de su muerte. Para inicios de ese año Solís se embarca en un nuevo proyecto discográfico grabando algunas de las canciones más conocidas del compositor boricua Noel Estrada Suárez. El tema En mi viejo San Juan sonó muchísimo en su voz. El año anterior -1965- había llevado al acetato Sombras que batió todos los récords en ventas y le mereció una medalla por parte de su disquera CBS Columbia como reconocimiento a su gran calidad de cantante y excelente vendedor de discos.
El 13 de abril de 1966 fue intervenido quirúrgicamente de la vesícula y el 19 falleció repentinamente. Este 19 se cumplen, exactamente, 49 años de su partida física. Tenía 35 años  de edad. Antes de su muerte dijo: "Que rieguen con mucha agua mi tumba, sé que me voy a morir, esto no tiene remedio". Por cierto, una de las canciones más radiadas en su voz durante ese año de su muerte fue Cuatro cirios cuya segunda estrofa dice: A través de la montaña voy cargando mi ataúd/y regaré con mi llanto una tumba y una cruz/
Ay, qué velorio tan frío/qué soledad y dolor/solo están los cuatro cirios/también de luto vestido/llorando en mi corazón.

0 comentarios:

Publicar un comentario